Porque podéis amar, porque es la fruta
para vosotros y es vuestro consuelo;
porque sabréis que no sabrá a cicuta,
aunque ácido parezca, ese pomelo;
porque hoy el sol parece un caramelo
que untado en miel dejó el papel, la ruta;
porque es vuestra la música y el celo
y, por lo tanto, vuestra la batuta;
porque ya el fuego os eligió custodios,
sabed qué prenderá con este incendio,
qué será vuestra piel cuando esté ardida.
No os rebajéis a súbditos por odios.
No os resignéis al pan como estipendio.
No os conforméis con menos que la vida.
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