PRIMERA
Al nacer en soledad,
la vida se agita en el costurero
de harina recién molida,
cual trigo dispuesto de soles
y de lluvia,
fluye la sangre atropellada
por el cilindro, casi mágico
espoleado de un ritual constante,
cada día morimos un poco más
como cereal ya cortado, consentido
aquel instante de sementera.
SEGUNDA
He visto la calle vacía,
de citas olvidadas, en el móvil
que suena alertado
la quinta sinfonía de Beethoven,
a una hora intempestiva
donde los coches surcan
el hiriente espacio arrebatado,
y las señales luminosas
envenenan los ojos,
¿Dónde estás? preguntan,
en un lugar que no conozco
a las afueras de nada,
helado de frío, en este enero
largo de desencuentros.
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