Ahora en la espesura
vislumbrada de espasmos,
de relieve inaccesible
colmado de aristas, amada mía
ya eres poniente, aún
se te adivina,
lejana la sombra cubre
de avidez lo cósmico,
mientras trenzan los planetas
de hedor, una tela inminente,
si acaso mi voz alcanza
lo que me queda, tu nombre
será en mí la tierra
tu nomenclatura, amada mía
aún esporádico el eco, aún
la elipse no agraviada.
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