Me llamarás e iré corriendo
como perro viejo y escarmentado,
dejaré mi casa, mi tierra
y el añil de este cielo, amada mía
bajaré a lo más hondo, aún
todo por tu voz triste
subiré repechos, escalaré misterios
y agonizante llegaré a ti,
mas ya no estarás
te habrás ido del mundo,
a otro mundo circunspecto,
al sepia relamido, de contaminación
dormida en los milenios
que vomitan témporas, amada mía
todo por tu voz triste, aún
lo que en mi sien palpita.
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