Cuatro aulas en la retina,
y amoríos de recreo
sepa la luz verpertina,
que moriré si no la veo.
El colegio me daba fuerte,
convulsiones de comedor
la naranja pelada en suerte,
sin orejas por el corredor.
En vista de que no llegabas,
me acerqué medio llorando
ágil sin verme pasabas,
dejaste mi corazón sangrando.
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