Las tres Heridas

lunes, 11 de enero de 2010

LA VOZ POR TI NEGADA


Para ser tan osado en la profecía,
qué sabes tú lo que mi corazón siente,
dudo de la valentía
del que se pronostica valiente.


Que me perdonen los ofendidos,
me comprendan los agraviados
y se alimenten de mi herida,
los que me crean indemne.
Yo no se de beligerancias,
ni prometo tropelías,
no sin esfuerzo me tengo que convencer
para dejar la rosa sin cortar,
la mano sin empuñadura
y la ira en el bolsillo quieta,
... que más puedo hacer
con tan difícil moratoria.


No lo sometas a la innoble tiranía
y muéstralo cual la razón se estrena,
que daño puede el verbo que cercenas,
si errada o no la gramática es mía.


La verdad que revelas
no es mas que un ahogo frío,
atormentado cual rezagado río
en una pesadilla cruenta,
que la vil noche cimenta,
de un sudor arrepentío.


No al sentir ajeno sin que por ella vibre,
no al sujeto que en proclama la invada,
porque la voz del alma nace libre,
pertenece al viento y a la nada.

3 comentarios:

  1. Gracias María, me alegro mucho tenerte de vuelta.

    La palabra es un arma cargada de futuro.

    Un abrazo.

    Luis.

    ResponderEliminar
  2. Dicen que la palabra es divina y que encierra sabiduría y, si la palabra es poética..., más que mejor!!!.


    Un abrazo, Luis.

    ResponderEliminar
  3. Lola, la palabra es el único refugio de la razón.

    Un abrazo fuerte.

    Luis

    ResponderEliminar