Las tres Heridas

domingo, 6 de marzo de 2011

CAMPO SANTO EN COLLIOURE

A Antonio Machado

Aquí paz,
y después gloria.
Aquí,
a orillas de Francia,
en donde Cataluña no muere todavía
y prolonga en carteles de «Toros à Ceret»
y de «Flamenco's Show»
esa curiosa España de las ganaderías
de reses bravas y de juergas sórdidas,
reposa un español bajo una losa:
                                                                paz
y después gloria.
Dramático destino,
triste suerte
morir aquí
                      —paz
y después...—
                              perdido,
abandonado
y liberado a un tiempo
(ya sin tiempo)
de una patria sombría e inclemente.
Sí; después gloria.
Al final del verano,
por las proximidades
pasan trenes nocturnos, subrepticios,
rebosantes de humana mercancía:
manos de obra barata, ejército
vencido por el hambre
                                              —paz...—,
otra vez desbandada de españoles
cruzando la frontera, derrotados
—...sin gloria.
Se paga con la muerte
o con la vida,
pero se paga siempre una derrota.
¿Qué precio es el peor?
                                                  Me lo pregunto
y no sé qué pensar
ante esta tumba,
ante esta paz
                            —«Casino
de Canet: spanish gipsy dancers»,
rumor de trenes, hojas...—,
ante la gloria ésta
—...de reseco laurel—
que yace aquí, abatida
bajo el ciprés erguido,
igual que una bandera al pie de un mástil.
Quisiera,
a veces,
que borrase el tiempo
los nombres y los hechos de esta historia
como borrará un día mis palabras
que la repiten siempre tercas, roncas.


Ángel González 

domingo, 20 de febrero de 2011

LA LLAMA

Antonio Colinas. El hombre sin poesía, "dejaría de ser humano".
               
              Hoy comienzo a escribir como quien llora.
No de rabia, o de dolor, o pasión.
Comienzo a escribir como quien llora
de plenitud saciado,
como quien lleva un mar dentro del pecho,
como si el ojo contuviera toda
esa inmensa colmena que es el firmamento
en su breve pupila.

              Me enciendo por pasadas plenitudes
y por estas presentes enmudezco.
Lloro por tener cerca una mujer,
por el agua de un monte
que suena entre cipreses en un lugar de Grecia;
lloro porque en los ojos de mi perro
hallo la humanidad, por la arrebatadora
música que quizá no merecemos,
por dormir tantas noches en sosiego profundo
bajo el icono y en su luz de oro,
y por la mansedumbre de la vela,
que sólo es eso, llama.

             Comienzo a escribir y también la escritura
llora, porque respira y quema, porque pasa.
Qué gran gozo sentirme
yo mismo esa palabra que va ardiendo.
(Porque yo también ardo y también paso.)

              Contemplo una llama muy quieta en la penumbra
de suaves jardines,
a la orilla de un mar calmo y antiguo,
y me voy encendiendo con la dicha
de saber que no existe otra verdad
que no sea esa llama, es decir,
la del amor que es don y que es condena.

              Son llamas las palabras y son llamas los ojos,
que lloran sin llorar por el ser que yo fui
(aquel fuego cansado que temblaba
junto a otros jardines de otro mar)
y por el ser que ahora está mirando
fijamente una llama,
y que es, en soledad, la llama más gozosa.

Antonio Colinas.
     

lunes, 7 de febrero de 2011

LAS TRES HERIDAS


Llegó con tres heridas
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.


Miguel Hernández

domingo, 19 de septiembre de 2010

ESTO FUE


Apenas un recuerdo, un vago sueño
de pasados domingos sin iluminarias
donde los camareros se aburrían
en establecimientos de segunda categoría.

Todo lo demás es un recuerdo nostálgico
de prensados días escolares
en el juvenil guardapolvo de los lunes.

Un sueño escaso de lluvias impares,
de noches inconclusas en mi pijama a rayas,
de furtivas huidas sin permiso
y, quizás, de algún funeral sin esperanza.

Años cautivos que huyeron de nosotros
a través de uno textos donde puede leerse:

Hoy no llueve... Domingo...
Quizás mañana muertos...
Mi padre me ha pegado...
Ya no hay amor... La una menos diez...
Huimos...
Y huimos para siempre.

José Antonio Labordeta

lunes, 13 de septiembre de 2010

Lluvia, "Para Elena sin prisas"


Tan cerca estabas,
en el monte que que proveía,
la viña del abuelo
supo de ti,
de tus deliberaciones.
Mañana de niebla, la marisma
invoca y alimenta en los días perdidos.
Pero cada vez que pasabas,
¡oh maravilla!,
las cosas cambiaban,
todo era diferente,
seguidamente el cielo
se abría de par en par
y cogía en su seno
la fortaleza recobrada,
el ánimo perdido,
y todas las llamadas del mundo.
A la salida de la escuela
un día entero, y otro...
tantas veces dejaste al panadero indeciso
mientras padre con la azada a cuestas,
se peleaba con los designios
de la naturaleza.
Y tras tu marcha requerida
siempre tardía, igual que tu llegada
dejabas un olor de futuro, de vida
gorrionera cobardía
y el horizonte se tornaba en siete colores,
sabes bien que si no llegas
... me niegas el arcoiris.

sábado, 11 de septiembre de 2010

HIJA DE LA CARRETERA


Campos de miscelánea,
que regaláis siesta,
si, llano y cuesta
alabarda de borrico cansino.

Cadenas chirriantes
la guerra,
zumo óleo que la espabiláis,
pintura ácrata de reclamo embriagado
pone clavo y alambrea,
en la noche más criminal.

¡Que socavón, la cuneta!,
cual gigante en desequilibrio
que caído adquiere,
su valor alquilado.

Tú sabes que comer cuesta,
por eso pinares quejumbrosos,
troncos mudos y solemnes,
yo protestaré al hambre epidérmica
y aunque quisiera,
no podría sostener, tu pesada cruz
que danza.


lunes, 6 de septiembre de 2010

SI PUDIERA


Si pudiera,
te daría savia de nuevos tallos,
cuatro cisnes con ojos de niños,
por eso me cuido
de no pisar las junqueras.

Si pudiera,
ser la espiga que adormece la luna,
viento sin reproche de testigo
que eleve el sudor del hombre,
o simplemente pasea ante las arrugas del otoño.

Si pudiera,
te daría mi vida entera,
la lucidez de los trigales, más allá
del granizo que arde en la palma de tu mano
cubierta de amapolas que escuchan,
... si pudiera.

domingo, 29 de agosto de 2010

APARIENCIAS


La ciudad duerme,
se cubre de luces que desentonan
y parece que caminara bajo un manto de espesura,
conspira con un duende adusto
para que desmayada, consigaAñadir imagen
un revoloteo de pájaros que delaten la penumbra.
Los colores se bifurcan en la avenida aún caliente,
perdura un aroma a chicharrón que delira,
en el aire una señal queda desafiante,
y el proxeneta regresa para ser el panadero de moral intachable.
Anuncios que incitan al pecado,
perros que ladran entre contenedores su suerte capada,
y una maquinucha intenta limpiar sin conseguirlo
el desastre que regenera la biocenosis.
Una ambulancia encolerizada procura tiempo,
serpentea por la lluvia y el aceite de los carters
con dos vidas,
la que llegará en cuanto escampe,
la que se irá callada y solemne,
mientras los sueños más dispares cruzan veloces
el paisaje que sudado se queda siempre en la almohada.
Mi pueblo duerme,
mi calle se despereza,
mi gente descansa,
y un viento liviano arrastra una bolsa de caramelos.


domingo, 15 de agosto de 2010

PREVISIÓN


Qué mano no acaba implorando.


Tu corona envuelta de frío,
no me amilana y desconfio
del poder en haz resucitado,
sigue así lo estas logrando,
que no entre el sol adyacente
de lleno en mi blanca frente,
por este río amotinado.


Qué lugar dispone al hombre.

El sabor de la fruta incosechada,
no se promete como almíbar salvada,
el gusano se adentra en su entraña,
perdiéndolo todo hasta el nombre,
así acostumbró el amor mi suerte
quererte después de la muerte,
ya mi cuerpo asesinado con saña.


Qué grita la rociá sin memoria.


Templa el acero vertiginoso,
un cáliz que rezume vigoroso
cual agua fiel a la corriente,
caudal que rescinde a la gloria,
así camino por lo que reniego
sólo como teme el ciego,
ver al verdugo de repente.

domingo, 8 de agosto de 2010

VOLVER


Allí donde duerme el pájaro obscuro en agosto,
y caminan minúsculas serpientes amarillas,
allí donde, el dolor es una manzana abierta
sobre la calor y cintura de amantes,
te miro, y tiemblo.

Allí donde el agua no revela su condición,
y el misterio pulcro de la vida se solivianta,
allí donde, mi mano no toca los rebaños
escondidos tras el polvo que narcotiza,
te miro, y tiemblo.

Allí donde todo comienza de noche a morir,
y se mudan las flores con parsimonia,
allí donde, la fiera aún permanece dormida
cuando el tiempo desafía a la sangre,
te miro, y tiemblo.

Allí, en la frontera hecha temblor,
... de tu cuerpo.

sábado, 24 de julio de 2010

POLVO


La piel que se sube y embaraza,
la piel que desnuda gatea,
la piel que a deshora indaga,
la piel que desata tifones,
la piel que apunta guiñapos,
la piel que traspasa lo umbrío,
la piel que recurre y pierde,
la piel que asqueada intriga,
la piel que podrida cabalga,
la piel que de noche se estremece,
la piel que encierra el enigma,
la piel que sin alma,
... pellejo.

sábado, 17 de julio de 2010

ES VERDAD


Es verdad,
el rojo vino del campo de batalla,
de la herida abierta, de la flor
que expele dolor sin sangre.
Es verdad,
las mies agarran la soledad,
ignorando al pan, desangradas
que estilan un amor secreto.
Es verdad,
eterno viento de rebelión,
cuando se eleva, un jilguero
sobre el almendro.
Es verdad,
el tiempo es una mentira piadosa,
reune a los extremos, se afana
y nos culpa de la nostalgia.
Es verdad,
mientras respiro tu aire,
volviendo de la noche, sabiendo
de los labios de la aurora.

domingo, 4 de julio de 2010

VENGO


Vengo de abrazar la luna, noche cerrada
que pertrechada se sacude la tierra lavada
y entregada,
todas las descargas con un velo brillante.
Vengo de estar con los hombres, con su dolor
primigenio y su pelea inmisericorde,
de la razón que bulle sin aspavientos, de la carne
abyecta que no rinde pleitesía, del niño
que mira y se mantiene quieto
en un rincón de la vida.
Vengo sin tiempo y sin certezas,
sin soldados, guardianes del destino
rumbo al cálido país de la sangre,
vengo de estar con otro temblor, con otro tacto
carente de nombre,
con una cornada repleta de pájaros ofuscados.
Vengo y quiero quedarme, mientras
mi madre duerme su cisne,
y no me pida otra magdalena.

domingo, 6 de junio de 2010

AVISO


Si la vida se vuelve torpe
y no basta con saber que duele,
si no pasan los días ágiles de sobresaltos
más allá de la renuncia y su cansancio,
si la noche llega más negra de llanto acumulado
donde dormir es morir de deseo agónico,
si te has ido dejándome sólo
triste con mi esperanza y mis pájaros,
si alta, muy alta
la soledad de los sauces,
si más allá del signo leve de tu mano
renaciera la luz que me ciega los ojos,
si pudiera llenar mi sombra
de verdad cierta y gozo,
si mi nombre ya no conmueve
tu rostro de silencio desvelado,
si pasan los vencejos
tomando nota de sus augurios,
y mi tristeza persevera sin consuelo,
no te extrañes si tardo en abrir mi alma la Ataraxía,
echadme de menos, mientras recupero
mi sosiego que niega la posibilidad del olvido.

Actualización:

Volveré cuando la palidez, quiera llevarme
a la pureza del filo de la piedra;
hacia los pequeños manzanos
que sujetan los tapiales del tiempo.

Gracias, regresaré pronto
mientras tanto quedaros abrazados todos.

Luis.

sábado, 29 de mayo de 2010

POR TI


POR TI, desistieron mis pesadillas
a mi dolor lo venció el tuyo,
a lo que siempre respondiste herida
para que de mi huyese la tristeza,

por eso te admiro y venero
como a pequeñas cosas oscuras,
tímidamente, entre el ocaso y el alma
calladamente, para que nada se altere.

No me dejes sin tu huella, impronta
de lejano desierto, de anacrónica frontera
la buscaré en cada ola impetuosa,

en cada gota de rocío,
que no cese jamás tu carcajada
subiendo por la cima de tu cabellera.

NO ME FALTES, nunca al despertarme
y si muero, no dejes los rosales sin podar
que mi muerte permanezca alentada,
no bajes las cortinas al abandono,

susúrrame bajito si ves que estoy dormido,
que la pereza no me prive de tu madrugada,
le pediré al sol que apunte cauteloso
para que sus rayos retarden tu filigrana.

Y si despierto y te has ido
déjame algo tuyo en mi aposento,
una trágica señal e invariable

del todo reconocible y evocadora,
que la soledad de tu ausencia,
no desate en mi la tempestad.

viernes, 21 de mayo de 2010

A LAS MADRES DE BESLÁN


Ahora que mueren los niños,
con su inocencia de niños
y los ojos de hombre sin serlo,
tenéis que gritar madres del mundo
para restituir al vientre denigrado.

Ahora sólo deseo perdonar,
por el crimen cometido
y apretarte fuerte la mano,
la que toca la frente del hijo
ya vacía de décimas celestes.

Ahora que los niños no despiertan
a la hora de ir a la escuela,
y les espera inútil el desayuno,
temblad horrores de la guerra
ya sin lápiz ni onomástica.

domingo, 16 de mayo de 2010

TIEMPO DE ABEJA


Tras la espera insobornable
que hace enorme al deterioro,
nos queda lo no ganado,
y es toda la recompensa, amada mía
una vida entera,
una ilusión de manantiales,

que es vital y necesario
donde asirse la abeja,
donde llenar los estanques
con un fulgor trastocado,

de una luz que arrase
el secreto desvelado,
la paz reconciliada
por un débil hueco, amada mía
el único gesto exacto, aún
la espiga que repone primaveras.

miércoles, 12 de mayo de 2010

ADONDE


Y al morir,
adonde van nuestros sueños,
a qué dimensión desconocida,
en qué espacio se trocarán esperanza,
de qué infinitud para no ser nada.

Llegarán señales, alumbrarán
territorios que reconocemos,
en la renuncia hallaremos signos que nos eleven,
pasaremos de roca a polvo por amor al aire,
se irán todos del mundo que habitamos, un hormigueo
tal vez eléctrico acaparará nuestro rostro,
la rendición del que no halla respuesta.

Adonde se irá la unidad fingida, el deseo
interrumpido por el sudor y la cáustica,
porqué entramado extraño desaparecerá
el balanceo recluido, sin estridencia
encefalograma plano,
adonde se van nuestros sueños,
tan nuevos,
adonde.


domingo, 2 de mayo de 2010

DECLIVE


Caí, me levanté,
conté a mi madre que preferí el regaliz a las gomas de borrar,
partí la alcancía de los besos libidinosos y protestados,
fui a los entierros sin que lo supiera el muerto,
confabulé con el temporal para iniciarme en la pesquisa
del fruto que más huele y no forma parte del aforo,
derramé un elixir para ahuyentar al gozo de intramuros,
el insistente repetir la tabla de multiplicar mecánicamente...
y nueve por diez noventa.

Caí, me levanté,
me acordé del niño e inspiré un instante de pupitre,
pedí a la libélula el más sincero de los perdones,
al anciano su consejo desestimado por la edad no prescrita,
asomé mi dedo índice a la ventiscal acusación que bulle,
comí de la tierra una raíz prometida por los sabios,
elevé con un estallido a mi ser de la infancia que no prorroga,
lo valioso que quedó con el último estertor...
la mitad de todo lo perdido.

Caí, me levanté,
dispuse una bocanada de oxigenada luz asida,
caminé hasta la sombra que apabulla al verano,
grité a lo inmediato la palabra que reconcilia,
vomité profusamente en el solar donde fornica la Dolores,
me toqué la frente y el código ya no estaba,
me juré restaurar todo lo que perdura y no convalece,
la intrincada almazara donde se molturan...
las segundas oportunidades.