Las tres Heridas

domingo, 15 de agosto de 2010

PREVISIÓN


Qué mano no acaba implorando.


Tu corona envuelta de frío,
no me amilana y desconfio
del poder en haz resucitado,
sigue así lo estas logrando,
que no entre el sol adyacente
de lleno en mi blanca frente,
por este río amotinado.


Qué lugar dispone al hombre.

El sabor de la fruta incosechada,
no se promete como almíbar salvada,
el gusano se adentra en su entraña,
perdiéndolo todo hasta el nombre,
así acostumbró el amor mi suerte
quererte después de la muerte,
ya mi cuerpo asesinado con saña.


Qué grita la rociá sin memoria.


Templa el acero vertiginoso,
un cáliz que rezume vigoroso
cual agua fiel a la corriente,
caudal que rescinde a la gloria,
así camino por lo que reniego
sólo como teme el ciego,
ver al verdugo de repente.

2 comentarios:

  1. Cada vez que te leo, es sentir la calidez del verso de Lorca.
    Un abrazo amigo.

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  2. Taty: Gracias ahora en este segundo de nieve.

    Un abrazo, Luis.

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