Las tres Heridas

sábado, 11 de septiembre de 2010

HIJA DE LA CARRETERA


Campos de miscelánea,
que regaláis siesta,
si, llano y cuesta
alabarda de borrico cansino.

Cadenas chirriantes
la guerra,
zumo óleo que la espabiláis,
pintura ácrata de reclamo embriagado
pone clavo y alambrea,
en la noche más criminal.

¡Que socavón, la cuneta!,
cual gigante en desequilibrio
que caído adquiere,
su valor alquilado.

Tú sabes que comer cuesta,
por eso pinares quejumbrosos,
troncos mudos y solemnes,
yo protestaré al hambre epidérmica
y aunque quisiera,
no podría sostener, tu pesada cruz
que danza.


1 comentario:

  1. Magnífico Luis, felicidades por este poema.
    Bellas palabras para un drama.

    Un beso.

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