Las tres Heridas

domingo, 2 de mayo de 2010

DECLIVE


Caí, me levanté,
conté a mi madre que preferí el regaliz a las gomas de borrar,
partí la alcancía de los besos libidinosos y protestados,
fui a los entierros sin que lo supiera el muerto,
confabulé con el temporal para iniciarme en la pesquisa
del fruto que más huele y no forma parte del aforo,
derramé un elixir para ahuyentar al gozo de intramuros,
el insistente repetir la tabla de multiplicar mecánicamente...
y nueve por diez noventa.

Caí, me levanté,
me acordé del niño e inspiré un instante de pupitre,
pedí a la libélula el más sincero de los perdones,
al anciano su consejo desestimado por la edad no prescrita,
asomé mi dedo índice a la ventiscal acusación que bulle,
comí de la tierra una raíz prometida por los sabios,
elevé con un estallido a mi ser de la infancia que no prorroga,
lo valioso que quedó con el último estertor...
la mitad de todo lo perdido.

Caí, me levanté,
dispuse una bocanada de oxigenada luz asida,
caminé hasta la sombra que apabulla al verano,
grité a lo inmediato la palabra que reconcilia,
vomité profusamente en el solar donde fornica la Dolores,
me toqué la frente y el código ya no estaba,
me juré restaurar todo lo que perdura y no convalece,
la intrincada almazara donde se molturan...
las segundas oportunidades.


5 comentarios:

  1. Ni una ni dos ni tres oportunidades te daba yo.
    Para escribir como escribes te doy toda la vida llena de ratos para contarle a tus versos tus cosas...y yo que los lea.

    Precioso poema.
    Un beso.

    PD.-En el último post de mi blog te he tomado prestados unos versos. Espero que no te importe.

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  2. Luis:
    Las segundas oportunidades son aves que nos revolotean los sueños, nunca sabemos si su nido es mejor que el anterior que perdimos.
    Un abrazo poeta.

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  3. Elena, toma de la Ataraxía lo que quieras es tan mía como tuya, para mi es muy gratificante que te sirvan mis humildes versos.
    Yo entro en tu casa con alegría,
    encontrando en ella el sosiego de una admiración muy antigua.

    Recibe un beso.

    Luis.

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  4. Luis, cuando lees algo que te inunda, sólo puedes releerlo y releerlo y disfrutar. Maravilloso.

    Mi aplauso y mi admiración.

    Un abrazo.

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  5. Y yo lo recibo con todo gusto, ese abrazo, porque hace unos días estuve en Córdoba y me encantó visitarla de nuevo, y sobre ella, a mi manera, cuento algo en mi blog Nómadas. Córdoba fue mi casa durante algunos años y eso no es fácil olvidarlo :)

    Un abrazo

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