Las tres Heridas

domingo, 25 de octubre de 2009

BREVEDAD


¡Breve chispa de mi frente,
el alma, Dios, mi alma!


¡Qué corazón inmenso para
nutrirla!, ¡Qué llamarada
en flor, carne mía,-¡pureza!-
donde quemar sus pétalos ennoblecidos!


¡Tan lejos de mis manos!
¡Tan cerca del agua cristalina
que chorrea tu alma!;
tu alma Dios..., mi alma.

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