En este tiempo cruel,
en esta edad no conseguida
el deseo habitó siempre,
así golpeado, amada mía
aún en lo perdido,
en lo ya irrecuperable, aún
cuando el día se despeja
en un vuelo atisbado,
el ave se eleva y sobrepone
en un gesto esperanzador,
y amar es lo que queda
persistiendo en la negrura,
habitad todos los instantes,
estar en la sombra agreste,
y no poder sentirte, aún
este dolor y su envergadura.
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