... Y conoceréis a la sazón del miedo
subterfugio, la torpeza.
¡Ay resistir cada minuto insistiendo en ello!,
qué sino será el mío aquí en la incertidumbre de la espera,
no logro precipitar mi destino,
nunca pretendí el desaliento, mi ser en continua lucha
por expulsar a mis demonios,
soy verdugo y condenado al mismo tiempo,
mi mano tiembla,
aunque mi corazón sea una piedra,
inexpugnable a todo enemigo que no me pertenezca,
a toda sombra que yo no diera vida.
Con que tristeza me recordareis mortales,
con que pena evocaré vuestro fracaso,
¡ desenterradme ahora y seréis vencidos!
¿Y qué es la vida sino una lucha constante contra nuestros propios demonios?
ResponderEliminarPero ánimo, al final todos estamos condenados.
Un placer, como siempre.
Besos.
"Soy verdugo y condenado al mismo tiempo"...La vida y su ironía de mantenernos vigilantes, atentos, aún en nuestra propia aniquilación...¿ Destino, destino?,otra ironía de la vida,que desde pequeños nos tiene condicionada la estrella, de la gloria o de la tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo querido poeta.
Elena, la vida es un intento fallido siempre, una constante perdida de memoria que nos salva de la indignidad.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por ser mujer.
Luis.
Lola,la vida tan solo es el recuerdo de unas bellas palabras, parecidas a un trueno de palomas proclamando su dolor por el sufrir humano, su mística pasión por las incógnitas, su intenso predecir que nunca nos engañan la virtud de un asombro ni los sueños en que debe arriesgarse nuestro ser.
ResponderEliminarUn beso, gracias por ser una de las mujeres que hay en mí.
Luis.
Taty, Un insomnio y un sueño en una misma órbita,
ResponderEliminarcuándo bonanza, cuándo tempestad,
cuándo culpables, inocentes cuándo,
tras la cálida niebla del espíritu.
Gracias amiga por estar bien, un beso para ti y los tuyos y un abrazo para Chile.
Luis.
Gracias a tí, por esas palabras tan lindas que siempre nos regalas, amigo Luis.
ResponderEliminarAbrazos.